Cuando se firma un contrato de alquiler, tanto el propietario como el inquilino asumen una serie de derechos y responsabilidades. Las obligaciones del arrendatario son fundamentales para garantizar el buen uso de la vivienda o local y mantener una relación fluida con el arrendador. Conocer estos deberes es esencial para evitar malentendidos y problemas durante la vigencia del contrato.
En este artículo, te explicamos cuáles son las principales obligaciones del arrendatario, según la Ley de Arrendamientos Urbanos (LAU), y cómo cumplirlas correctamente.
¿Qué es un arrendatario?
El arrendatario es la persona o entidad que firma un contrato de alquiler para disfrutar de una propiedad por un tiempo determinado, pagando una renta acordada con el arrendador (propietario). Este contrato de arrendamiento, ya sea de una vivienda o de un local comercial, establece derechos y deberes que ambas partes deben respetar.
Las obligaciones del arrendatario están recogidas en la Ley de Arrendamientos Urbanos (LAU) y en las cláusulas pactadas en el contrato de arrendamiento. Cumplir con estas obligaciones es crucial para evitar sanciones, disputas legales o incluso la rescisión del contrato.
Principales obligaciones del arrendatario
Las obligaciones del arrendatario abarcan una serie de aspectos relacionados con el uso adecuado de la propiedad, el cumplimiento de los pagos y el respeto a las normas establecidas en el contrato. A continuación, te detallamos los deberes más importantes que todo inquilino debe conocer:
1. Pagar la renta de manera puntual
Una de las principales obligaciones del arrendatario es pagar la renta acordada de manera puntual, en la fecha y forma establecidas en el contrato. El retraso o impago del alquiler puede tener graves consecuencias, como la imposición de penalizaciones o la resolución del contrato por parte del arrendador.
En algunos casos, los contratos pueden prever un plazo de gracia para los retrasos, pero es importante evitar cualquier incumplimiento en el pago para no generar tensiones con el propietario.
2. Pagar otros gastos pactados
Además del alquiler, el arrendatario también puede estar obligado a pagar otros gastos relacionados con el inmueble, como los suministros (agua, luz, gas, etc.) y, en algunos casos, los gastos de comunidad o tasas municipales. Estas obligaciones deben estar claramente reflejadas en el contrato.
En cualquier caso, es fundamental que el arrendatario conozca cuáles son estos gastos adicionales y se comprometa a pagarlos de manera puntual, evitando que se acumulen deudas.
3. Cuidar y mantener la vivienda o local
El inquilino tiene la obligación de utilizar la vivienda o local de manera responsable, evitando causar daños o desperfectos que no sean fruto del uso normal. La ley establece que el arrendatario debe mantener la vivienda en buenas condiciones y realizar las reparaciones menores necesarias para conservar el inmueble en buen estado.
Esto incluye pequeñas reparaciones como cambiar bombillas, arreglar grifos o reparar desperfectos causados por el uso cotidiano. Las reparaciones más importantes, como las estructurales o las que afectan a la habitabilidad del inmueble, suelen ser responsabilidad del arrendador.
4. Permitir el acceso al propietario para reparaciones
Aunque el arrendatario tiene derecho a disfrutar de la vivienda de manera privada, debe permitir el acceso al propietario o a técnicos para realizar reparaciones urgentes o de mantenimiento que sean responsabilidad del arrendador. El arrendador debe avisar con antelación y acordar un horario adecuado para la visita.
En caso de negarse a permitir el acceso, el arrendatario podría estar incumpliendo el contrato, lo que puede derivar en problemas legales.
5. No realizar obras sin consentimiento
El arrendatario no puede realizar obras o modificaciones en la vivienda o local sin el consentimiento previo y por escrito del arrendador. Esto incluye cambios importantes como tirar paredes, modificar la distribución o realizar mejoras permanentes que afecten a la estructura del inmueble.
En algunos casos, las pequeñas reformas o mejoras estéticas pueden permitirse, pero siempre es recomendable consultar al propietario antes de realizar cualquier cambio significativo para evitar conflictos o sanciones.
6. Respetar las normas de la comunidad
Si la vivienda alquilada se encuentra en una comunidad de vecinos, el arrendatario está obligado a cumplir con las normas de convivencia y los reglamentos internos de la comunidad. Esto incluye respetar los horarios de descanso, el uso adecuado de las zonas comunes y evitar comportamientos que generen molestias a otros vecinos.
Cualquier infracción de estas normas puede generar conflictos no solo con los vecinos, sino también con el propietario, que podría tomar medidas legales en caso de que el arrendatario no respete las reglas.
7. Devolver el inmueble en buen estado
Al finalizar el contrato de alquiler, el arrendatario debe devolver la vivienda o local en el mismo estado en el que se le entregó, salvo el desgaste normal por el uso. Cualquier desperfecto causado por el mal uso o por la realización de obras no autorizadas puede generar la pérdida de la fianza o la obligación de pagar reparaciones.
Es importante que el inquilino haga un uso responsable del inmueble durante el periodo de alquiler, y que, antes de mudarse, realice una inspección para asegurarse de que todo está en buen estado.
8. Respetar la duración del contrato
El arrendatario debe cumplir con el plazo de duración del contrato acordado, salvo que exista una cláusula que permita la resolución anticipada. En caso de querer abandonar la vivienda antes de que termine el contrato, el inquilino debe avisar con antelación al propietario (normalmente con un preaviso de 30 días) y respetar las condiciones pactadas.
Si el arrendatario no respeta la duración del contrato o se marcha sin previo aviso, podría enfrentarse a sanciones o incluso a perder la fianza.
Consecuencias de no cumplir con las obligaciones del arrendatario
El incumplimiento de alguna de las obligaciones del arrendatario puede acarrear consecuencias legales y económicas. Algunas de las sanciones más comunes incluyen:
- Pérdida de la fianza: Si el arrendatario no devuelve el inmueble en buen estado o deja de pagar los últimos meses de alquiler, el propietario tiene derecho a quedarse con la fianza.
- Rescisión del contrato: Si el arrendatario incumple el contrato de forma grave (como impagos reiterados o daños graves a la propiedad), el arrendador puede rescindir el contrato y pedir el desalojo.
- Acciones legales: En casos más graves, el propietario puede iniciar acciones legales para reclamar daños, impagos o incumplimientos del contrato, lo que puede suponer costes adicionales para el arrendatario.
Conclusión
Cumplir con las obligaciones del arrendatario es esencial para garantizar una relación tranquila y sin conflictos con el propietario. El pago puntual del alquiler, el buen uso de la vivienda, el respeto a las normas de la comunidad y el mantenimiento adecuado del inmueble son algunas de las responsabilidades clave que todo inquilino debe asumir.
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